sábado, 12 de mayo de 2012

Macrofotografía. La belleza de lo invisible...

La primavera es una estación perfecta para realizar macrofotografía o fotografía de aproximación, sólo has de darte un paseo por un campo cercano o por el jardín de tu casa, armado de paciencia, curiosidad y saber ver esa foto "invisible" al ojo no entrenado. La fotografía macro es muy exigente, has de dominar bastante bien las cualidades de la luz y el manejo de tu propio equipo, profundidad de campo y velocidad de obturación, por no hablar de los esquemas de luz de los flashes y reflectores y lo peor de todo, captar ese momento efímero y pasajero que le dé la sensación a la toma de ser una fotografía irrepetible. En ese punto me encuentro yo mismo. ¡¡Intentándolo!!

Exif: Canon EOS 7D + Canon 100mm macro, f/2.8, 1/80seg. ISO 400, trípode.

La mayoría de las fotos de este artículo están hechas en el mismo jardín de mi casa o alrededores, algunas, incluso en las horas centrales del día ya que al ser un espacio pequeño el que se fotografía es fácilmente controlable y modificable la iluminación que queremos que incida en la escena.

Exif: Canon EOS 7D + Canon 100mm macro, f/2.8, 1/100seg. ISO-100, trípode y reflector plateado.

No hace mucho tiempo la macrofotografía se limitaba a una sola forma de proceder a la hora de trabajar;  diafragma a f/22, dos flashes frontales en un ángulo de 45º con respecto al motivo a fotografiar consiguiendo así unas imágenes válidas para documentar las especies, típicas de los libros de textos o guias de identificación de especies, ya sean vegetales o animales.

Exif: Canon EOS 7D + Canon 100mm macro, f/4, 1/4seg. ISO-100. Trípode, luz ambiente.
 A día de hoy continuo encontrando libros en los siguen recomendando y explicando esa forma de trabajo cerrada, ya anticuada, con los fondos a medio enfocar debido a la gran profundidad de campo utilizada y con sombras duras evidenciado de esta manera el uso del flash desnudo.

Exif: Canon EOS 7D + Canon 100mm macro, f/13, 1/8seg. ISO-100. Trípode y reflector plateado.

Hoy en día se busca una elegancia en las imágenes, o por lo menos se debería intentar, de forma que, aún siendo fotos documentales de especies, macrofotografías o fotografías de aproximación, tenga un papel importante en su autor la forma de plasmarla, primando la vena artística e intentando llegar a composiciones más atractivas, enfoques selectivos y una iluminación algo más creativa que la fórmula de siempre.

Canon EOS 7D + Canon 100mm, f/14, 1/10seg. ISO-100, trípode, reflector plateado casero.
La foto inferior y superior, están tomadas al medio día después de agotar todas las posibilidades de la zona en la que me encontraba y mientras buscaba localizaciones para futuras tomas en horas más indicadas, encontré un pequeño arroyo a la sombra y congelado, saqué mi equipo macro y empecé a trabajar...

Canon EOS 7D + 100mm macro, f/3.2, 1/125seg. ISO-100, trípode, reflector plateado casero.
Exif: Canon EOS 7D + Canon 100mm macro, f/2.8, 1/60seg. ISO-100. Trípode.


La Macrofotografía tiene el encanto de poder enseñar esas pequeñas cosas que aún y estando ahí, no somos capaces de ver, es siempre agradecida, ya que si coincide que estás en un paraje en el que no encuentras la inspiración fotográfica o simplemente ya no hay "foto" en ese lugar, como comentaba en la imagen superior, siempre te queda mirar al suelo, arbustos o a tu alrededor y con algo de suerte, jugando con la luz ambiente, modificándola a placer ya sea con ayuda de parasoles, difusores, o añadiéndole por medio de flashes podrás encontrar escondida una bella imagen a pocos metros de tí.

En la imagen del ala está claro el desenfoque que he creado dejando solo a foco una parte del ala, hemos de dejar volar la imaginación e intentar captar esos detalles que con nuestros ojos no somos capaces de ver a simple vista.


La forma de conseguir esta imagen completamente enfocada y el fondo igualmente desenfocado hubiera sido buscando el paralelismo del ala con respecto al objetivo, consiguiendo de este modo maximizar el uso de la profundidad de campo y conseguir sacarle el máximo partido a esos milímetros, sin necesidad de tener que utilizar diafragmas muy cerrados evitando de esta forma detalles en el fondo que nos distraerían la atención.

Canon EOS 7D + Canon 100mm macro, f/7, 1seg, ISO-100, trípode, flash con difusor y reflector plateado.
En la toma del saltamontes sí que he aprovechado la profundidad de campo, sin sobrediafragmar, encontrando el paralelismo que os comentaba del saltamontes con respecto a la lente y desenfocando el fondo. Esta toma está capturada a primera hora de la mañana cuando los insectos todavía están fríos e inmóviles siendo esta la mejor hora para hacerlo, ya que su hemolinfa se encuentra fría en ese momento con lo que son muy lentos en sus movimientos y se encuentran aletargados. No sucede así en las horas centrales de día en las que están en su máximo apogeo y solo conseguiremos alterar su hábitat persiguiéndolos sin cesar, creando un estrés innecesario para ellos y para nosotros y lo que es peor, que además de multiplicar los esfuerzos nos iremos sin conseguir ninguna toma convincente.

Canon EOS 7D, Canon 100mm macro, f/5, 1/5seg. ISO-400. Trípode, dos unidades de flash, una con difusor para la mariquita (Coccinella septempunctata) y otra sin difusor para iluminar el fondo.
Además de lo comentado anteriormente siempre hemos de intentar plasmar una imagen en la que el sujeto esté realizando algo fuera de lo habitual, como por ejemplo el abrir de sus alas como en la foto superior.
Esta sesión fue realizada gracias a que mi hijo vino entusiasmado con este ejemplar en su mano para que yo pudiera verlo "¡¡Papi, papi, hazle una foto!!". Pacientemente y sin que sufriera ningún daño, lo fotografié a placer y lo dejé en libertad una vez concluida la sesión.

Canon EOS 7D, Canon 100mm macro, f/7.1, 1/25seg. ISO-350. Trípode, flash con difusor y a muy baja potencia para el sujeto y otro  flash para iluminar el fondo.
En esta otra toma, seleccioné una baja velocidad de obturación, creando un estético efecto de movimiento disparando el flash a una potencia muy rebajada para iluminar al sujeto, dejando que participara también la iluminación natural e iluminando con otra unidad el fondo.

Canon EOS 7D + 100mm macro, f/8, 0,8seg. ISO-100 trípode y reflector.
En esta otra quería mostrar el movimiento del agua deslizándose por el musgo y como todos los hilos caían de forma muy homogénea, no conseguía transmitir esa sensación, incluí en el encuadre uno en el que había un goteo lento que sumado al reflector captó los destellos de la gota de agua cayendo.

                     Canon EOS 400 + Canon 18-55mm a 55mm,
                f/5.6, 1/100seg. a pulso y con una lente de aproximación X10. 



Esta otra está tomada con mi vieja Canon 400D y el objetivo básico del kit el 18-55mm, a pulso y sin estabilizador usando una lente de aproximación. Con lo que solo quiero mostrar un ejemplo de lo que se puede conseguir sin un objetivo específico macro los cuales tienen un valor bastante elevado para el fotógrafo amateur o aficionado, y lógicamente antes de adentrarse en este mundo deberían probarlo antes de invertir en un buen objetivo especializado. Y más aún en los tiempos que corren.

Existen múltiples accesorios dedicados a este tipo de fotografía y al cual más caro, como los tubos de extensión, lentes dióptricas, multiplicadores de focal, anillos inversores de lentes, anillos de unión de lentes, fuelles, platos micrométricos, flashes, visores en ángulo y bueno un larguísimo etc, que no quiero desglosar aquí.

Lo que quiero decir es que aunque esta toma no tenga la mejor calidad, es posible conseguir una imagen válida con una lente dióptrica, por ejemplo, como es el caso, para empezar a experimentar, el valor de una lente de este tipo, que es simplemente un filtro que se enrosca al final del objetivo produciendo un efecto lupa,  su precio puede variar entre los 15 y los 50 euros, frente a los cientos, cuando no miles de euros que vale una lente macro decente. Con esta lente de aproximación conseguimos el efecto óptico de acercarnos mucho más al sujeto que lo permitido por la distancia mínima de enfoque de un objetivo normal.

Ojo, no estoy recomendado el uso de las mismas, frente a un objetivo especializado, ya que reducen drásticamente la profundidad de campo, distorsionan los bordes de las imágenes, viñetean, por no hablar de la notable pérdida de calidad, pero sabiendo esto y, aprovechando los puntos débiles de nuestro equipo, podemos llegar a ser creativos con esos "fallos" y disfrutar aunque nos toque "bailar con la más fea", además de tener el reto de conseguir buenas imágenes con las limitaciones del equipo propio, frente a otros "fotógrafos" con más equipo y medios pero menos conocimientos, ganas o imaginación.




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